Con el verano a la vuelta de la esquina y un clima que ya comienza a mostrar señales de elevadas temperaturas, la llegada de la canícula es uno de los eventos climáticos más relevantes del año en el país. Este fenómeno, aunque conocido por muchos, continúa sorprendiendo por su impacto en diversas regiones del territorio nacional, especialmente en el sureste mexicano, donde se espera una temporada de altas temperaturas, baja nubosidad y escasez de lluvias.
Durante las últimas semanas, México ha estado bajo la influencia de sistemas ciclónicos provenientes del Océano Pacífico, los cuales han generado lluvias que han ofrecido un breve alivio ante el ambiente caluroso. Sin embargo, las autoridades han advertido que este respiro será temporal, ya que la etapa más crítica del verano está por comenzar con la aparición de la canícula.
A pesar de que aún nos encontramos en primavera, las condiciones ya anticipan lo que vendrá: una combinación de calor intenso, disminución de precipitaciones y cielos despejados que se mantendrán durante varias semanas, afectando principalmente a los estados del sur, sureste y noreste del país.
Canícula: fechas y duración estimada
Según lo informado por la Comisión Nacional del Agua (Conagua), la canícula de este año dará inicio el jueves 3 de julio y se espera que concluya el 11 de agosto, abarcando un periodo aproximado de 40 días. Aunque su duración puede variar ligeramente año con año, este rango se mantiene como el más común dentro de los registros históricos.
Este fenómeno climático, propio de la temporada veraniega, suele coincidir con la etapa de mayor insolación del año, lo que favorece un aumento significativo en las temperaturas diurnas. Su presencia representa una disminución temporal de las lluvias, incluso en zonas donde estas son frecuentes durante el verano, como sucede en muchas regiones del sureste mexicano.
Durante la canícula, es común que el ambiente se torne bochornoso, seco y extremadamente cálido, lo que incrementa el riesgo de afectaciones tanto en el ámbito de la salud pública como en la productividad agrícola y ganadera, especialmente en regiones rurales.
Estados con mayor afectación prevista
La Conagua también detalló cuáles serán los estados más impactados por este periodo de calor intenso. En la lista se incluyen entidades del norte, centro y sureste del país, donde históricamente se han registrado temperaturas extremas durante la canícula.
Los estados más afectados serán:
- Campeche
- Colima
- Chiapas
- Coahuila
- Nuevo León
- San Luis Potosí
- Hidalgo
- Morelos
- Tlaxcala
- Oaxaca
- Guerrero
- Veracruz
- Tabasco
- Yucatán
- Quintana Roo
Estas zonas, en especial aquellas con antecedentes de sequías prolongadas, deben prepararse para enfrentar semanas de clima adverso. En lugares como el sureste, la canícula puede traducirse en periodos de escasa precipitación, lo cual genera afectaciones en cultivos y una mayor demanda de agua potable, tanto para uso doméstico como agrícola.
En ciudades como Monterrey, Tuxtla Gutiérrez, Mérida y Villahermosa, las autoridades locales suelen reforzar las recomendaciones de prevención para la población, advirtiendo sobre el riesgo de golpes de calor, deshidratación y otras complicaciones relacionadas con la exposición prolongada al sol.
Qué es la canícula y por qué importa
La canícula es, en términos meteorológicos, un fenómeno climático asociado al verano y caracterizado por una combinación de altas temperaturas, cielos despejados y una reducción considerable en las precipitaciones. Aunque ocurre durante la temporada de lluvias, representa un lapso donde estas se interrumpen de manera significativa.
Entre las principales características de este evento destacan:
- Duración: entre cuatro y seis semanas, aunque varía según la región.
- Inicio y final estimado: de principios de julio a mediados de agosto.
- Impacto regional: con mayor incidencia en el sureste, pero también presente en zonas del norte y centro del país.
Durante la canícula, el ambiente puede volverse particularmente seco, lo que incrementa el riesgo de incendios forestales, sobre todo en áreas de vegetación densa. Asimismo, las altas temperaturas pueden agravar las condiciones de salud de personas en situación de vulnerabilidad, como adultos mayores, menores de edad y personas con enfermedades crónicas.
Desde el punto de vista agrícola, este periodo representa un reto considerable, ya que la disminución en la humedad del suelo puede afectar el desarrollo de cultivos como el maíz, el frijol o la caña de azúcar, especialmente en regiones donde no existen sistemas de riego eficientes.
Ante este escenario, las autoridades de protección civil y salud han comenzado a emitir recomendaciones para que la ciudadanía tome precauciones, como evitar la exposición al sol entre las 11:00 y las 17:00 horas, mantenerse bien hidratados, usar ropa ligera y no dejar a personas ni mascotas en vehículos cerrados.
En los sectores urbanos, también se incrementan las exigencias hacia los sistemas de distribución de agua potable, ya que el consumo doméstico tiende a subir debido al uso de ventiladores, aire acondicionado y otras medidas de enfriamiento.
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