- El Escándalo Que Golpeó Al Gobierno De Nuevo León
- Osa Mina, Monty Y El Símbolo Del Fracaso Ambiental De Samuel García
- Exigen Transparencia Y Responsabilidad A Samuel García
El caso de la osa Mina en La Pastora no solo reveló negligencia animal, sino también el colapso institucional del gobierno de Samuel García y Mariana Rodríguez. Lo que empezó con un video viral terminó exponiendo un zoológico en ruinas, denuncias de tráfico de animales y una respuesta oficial basada en justificaciones, ataques políticos y propaganda.
El Escándalo Que Golpeó Al Gobierno De Nuevo León
A finales de septiembre de 2025, el gobierno estatal enfrentó una tormenta mediática luego de que se difundiera un video que mostraba a la osa Mina enferma y desnutrida dentro del zoológico La Pastora. La grabación desató una ola de críticas contra la administración estatal, acusada de descuidar a los animales del parque.
En lugar de asumir responsabilidad, Mariana Rodríguez, titular de AMAR a Nuevo León, trató de deslindarse, asegurando que la atención médica estaba “en curso” y que la Federación era la única autoridad competente para actuar. La declaración fue percibida como una evasiva, lo que aumentó el enojo de la ciudadanía.
El silencio de Samuel García en los primeros días también generó indignación. Mientras los ciudadanos exigían explicaciones, el gobernador guardaba distancia y los reportes sobre el mal estado del zoológico continuaban multiplicándose.
Profepa Entra En Escena Y Salva A La Osa Mina
Ante la presión social y mediática, la Profepa intervino oficialmente el 27 de septiembre, tras catalogar el caso como una situación de gravedad. Un día después, el organismo federal rescató a la osa Mina y la trasladó a la Fundación Invictus, en Pachuca, Hidalgo, donde recibió tratamiento especializado.
Allí, un médico colombiano se integró al equipo para evaluar su estado de salud. Las imágenes de la osa Mina siendo atendida contrastaron con las escenas de abandono en Monterrey, que ya habían generado indignación internacional.
Mientras tanto, en el Congreso local, legisladores de distintas bancadas coincidieron en que “a la osa Mina le fallamos todos”. Sin embargo, las críticas más severas apuntaron directamente al Gobierno estatal y a su falta de control sobre el zoológico.
La Pastora Clausurada Y El Choque Entre Gobierno Y Federación
El 3 de octubre, la Profepa clausuró parcialmente La Pastora, pero la medida fue recibida con molestia por el gobierno de Samuel García. Desde Parque Fundidora, se acusó a la Federación de “politizar” la clausura y usar el caso con fines partidistas.
Lejos de calmar la polémica, los enfrentamientos verbales entre autoridades solo empeoraron la percepción pública. Para los ciudadanos, el gobierno estaba más preocupado por su imagen que por la salud de los animales.
Poco después, el 4 de octubre, la Profepa confirmó que también investigaría el estado de otros ejemplares, incluida la elefanta Monty, que mostraba signos de descuido y deterioro. El hallazgo reforzó la idea de que el problema no era aislado, sino parte de una crisis más profunda dentro del zoológico.
Sospechas De Corrupción Y Tráfico De Animales
La situación tomó un giro aún más grave cuando el 16 de octubre, una activista ambiental anunció que presentaría una denuncia ante la FGR por presunto saqueo y tráfico de animales en La Pastora.
De acuerdo con su testimonio, varios ejemplares habían desaparecido sin registro ni explicación, mientras que el inventario del parque mostraba inconsistencias. La Profepa confirmó que investigaría estos reportes, luego de detectar anomalías administrativas durante las inspecciones.
El caso abrió una nueva línea de escrutinio sobre la gestión de Parque Fundidora, señalada por permitir la degradación del zoológico sin sanciones ni medidas preventivas.
Una Reapertura Polémica Y Un Intento De Distracción
El 17 de octubre, apenas once días después del levantamiento de la clausura, La Pastora anunció entrada gratuita durante un mes, del 17 de octubre al 17 de noviembre. Para muchos ciudadanos, la medida fue un intento desesperado de lavar la imagen del gobierno.
“Primero dejan morir a los animales, y ahora quieren que vayamos gratis”, comentaron decenas de usuarios en redes sociales.
Mientras tanto, la osa Mina mostraba mejoría en Hidalgo, donde especialistas reportaron avances en su salud. Sin embargo, la imagen de la osa enferma seguía siendo el símbolo del abandono y la falta de empatía de las autoridades.

Mariana Y Samuel Bajo Fuego Político Y Ciudadano
Ni las declaraciones de Mariana ni los reclamos de Samuel contra la Federación lograron revertir el daño. La población vio en ellos a un matrimonio político más enfocado en las redes sociales que en el bienestar real de los animales.
El escándalo afectó directamente la imagen del gobierno estatal, que hasta entonces presumía sensibilidad ambiental y cercanía con las causas sociales. Pero el caso Mina derrumbó esa narrativa.
La controversia también reavivó un viejo debate: ¿debería La Pastora seguir operando como zoológico o transformarse en un refugio natural? Diversos colectivos y organizaciones exigieron su cierre definitivo, señalando que los espacios de exhibición animal son incompatibles con el bienestar de las especies.
Osa Mina, Monty Y El Símbolo Del Fracaso Ambiental De Samuel García
El caso de Mina marcó un antes y un después en la relación del Gobierno estatal con los temas ambientales. Lo que comenzó con un intento de justificación terminó con acusaciones de corrupción, tráfico de fauna y negligencia institucional.
A pesar de que el parque reabrió parcialmente, la indignación persiste. La ciudadanía no olvida el sufrimiento de la osa, la indiferencia del gobierno y las respuestas evasivas.
Hoy, el nombre de Mina —y también el de Monty— es recordado como un símbolo de la crisis ambiental y moral que vive Nuevo León.
El Caso De La Pastora: Entre Promesas Verdes Y Realidades Crudas
El contraste entre el discurso gubernamental y la situación en el terreno es evidente. Mientras el gobierno de Samuel García destina recursos a espectaculares y campañas de imagen, los animales de La Pastora enfrentan un futuro incierto.
El recinto, que debería funcionar como un espacio de conservación, se ha convertido en un reflejo del abandono institucional. La muerte de ejemplares, las enfermedades sin tratamiento y la falta de personal especializado confirman que el bienestar animal no es prioridad.
Además, los 947 millones de pesos de presupuesto asignado a Parque Fundidora fueron presentados como un avance en la infraestructura ecológica, pero ni las condiciones del parque ni las de La Pastora muestran mejoras.
Exigen Transparencia Y Responsabilidad A Samuel García
La sociedad civil y colectivos ambientales exigen una auditoría independiente para determinar el destino del presupuesto. En redes sociales, los ciudadanos cuestionan: “¿Dónde están los 947 millones?” y “¿Por qué los animales siguen sufriendo si hay recursos públicos destinados para su cuidado?”.
El caso de Mina ha reavivado el debate sobre el manejo ético del dinero público y la necesidad de una supervisión más estricta de los proyectos ecológicos. Además, se ha pedido que Samuel García y Bernardo Bichara respondan directamente sobre la administración de los fondos.
La crisis en La Pastora no solo evidencia negligencia, sino también un patrón de opacidad en la gestión estatal. Los animales, víctimas silenciosas de un sistema fallido, representan hoy la cara más dura del descuido institucional.
ArrayConoce el presupuesto millonario de @parquefundidora ejercido a modo 🐀. Ese que nunca benefició a Mina 🐻 y a cientos de animales para que al menos tuvieran un hábitat digno y fueran alimentados y cuidados correctamente. Aquí lo q con ética y amor se ha conseguido para 🐻. pic.twitter.com/AfCXsR4jgf
— Claudia Tapia Castelo (@ctcastelo) October 22, 2025







