El Río Santa Catarina enfrenta una creciente ola de invasiones en su cauce y márgenes, particularmente en el municipio de Santa Catarina, Nuevo León. En los últimos meses, zonas que a mediados de 2024 permanecían libres de construcciones, ahora están ocupadas por casas improvisadas, corrales de animales, acumulaciones de escombro, montones de tierra e incluso un deshuesadero de autos. Este avance irregular, que incluye asentamientos sobre el talud norte del río, se produce en medio de una inacción evidente por parte de los tres niveles de gobierno, pese a que la Conagua tiene jurisdicción sobre ríos y arroyos y la Ley Ambiental estatal obliga a la coordinación para su vigilancia y protección.
Expansión Reciente De Los Asentamientos
El sector más afectado se encuentra en la margen norte del río, junto a la calle de terracería Bravo, entre el Puente Zaragoza y la calle Morelos, en la zona conocida como La Fama. Ahí, junto a casas que ya existían en el otro lado de la calle, han surgido nuevas viviendas construidas con madera, cartón y láminas, además de corrales con caballos y cabras. En pleno lecho del río se han detectado grandes acumulaciones de tierra, una cribadora y camiones de volteo, lo que evidencia un uso irregular e intensivo del espacio. Incluso se ha visto un remolque para transporte de caballos, lo que refuerza la idea de una ocupación con fines permanentes.
🚨 El Río Santa Catarina se llena de invasiones mientras el gobierno de Samuel y el federal miran para otro lado. Corrales, casas, basura y hasta autos deshuesados avanzan sin freno.
— Regios al Cuadrado (@Regios_Cuadrado) August 15, 2025
¡Exijamos que actúen ya! ✊ pic.twitter.com/vfSYUJOlhV
Basura, Vehículos Y Contaminación en Río Santa Catarina
La contaminación en el Río Santa Catarina también va en aumento. Cerca del Puente Zaragoza, autos dañados y piezas de vehículos se encuentran esparcidos en la misma margen, mientras que más adelante, casi en el límite con San Pedro Garza García, se ubica un tiradero de basura a cielo abierto. Este panorama no es nuevo: en octubre de 2024, un reportaje reveló que las invasiones habían crecido no solo en Santa Catarina, sino también en el tramo del río que cruza Monterrey, con viviendas improvisadas hechas de plásticos, lonas, palos y tablas que eran visibles desde el par vial Morones Prieto-Constitución. Aunque en aquella ocasión se realizaron desalojos, la falta de seguimiento ha permitido que el problema se reinstale.
Un Problema De Décadas Y Falta De Acción
En Santa Catarina, existen asentamientos irregulares de larga data sobre el talud norte, como en la zona de Unión Morelos, que llevan décadas sin ser retirados. Esto refleja que las invasiones en el Río Santa Catarina no son un fenómeno nuevo, sino un problema crónico agravado por la inacción gubernamental. Actualmente, el Gobierno del Estado mantiene una intervención en el tramo de Las Sabinitas, en Guadalupe, donde por más de 30 años se han acumulado toneladas de basura. Sin embargo, la falta de operativos constantes en otras áreas ha facilitado que las invasiones y la contaminación resurjan con fuerza.
La ausencia de medidas firmes y coordinadas entre los distintos niveles de gobierno no solo permite que los invasores se asienten, sino que además incrementa los riesgos ambientales, de salud pública y de pérdida de un espacio natural que es parte esencial de la identidad del área metropolitana.
Urge Coordinación Para Proteger El Río
Especialistas y activistas advierten que la protección del Río Santa Catarina requiere un plan integral que incluya vigilancia constante, limpieza sostenida y sanciones efectivas contra quienes ocupen o contaminen el cauce. El marco legal existe, pero la falta de voluntad política y recursos operativos convierte la normativa en letra muerta. La coordinación entre la Conagua, el Gobierno estatal y los municipios es indispensable para revertir el daño y evitar que el río se convierta en un basurero y asentamiento permanente.
La recuperación del Río Santa Catarina no es solo una cuestión ambiental, sino también social y urbana, pues la permanencia de invasiones puede afectar la seguridad hidráulica en temporadas de lluvias, agravar el riesgo de inundaciones y deteriorar la calidad de vida de los habitantes cercanos.
Array