El cierre de los carriles exprés en la Avenida Constitución, derivado de las obras del Metro de Samuel García, se ha convertido en el principal motivo de frustración y enojo para miles de automovilistas en la zona metropolitana. Aunque el Gobierno estatal había asegurado que las afectaciones serían mínimas y que el avance del proyecto se realizaría con un “método constructivo” que no implicaría cierres completos, la realidad ha sido totalmente distinta.
El cierre, que comenzó recientemente, provocó un efecto dominó en la movilidad de toda la ciudad. Las principales arterias viales, como el Par Vial y avenidas clave como Chapultepec, Ruiz Cortines, Benito Juárez y Eloy Cavazos, han quedado prácticamente colapsadas durante gran parte del día. La situación no se limita a las horas pico, sino que se extiende a lo largo de la jornada, afectando a estudiantes, trabajadores y familias enteras que deben trasladarse.
Los habitantes de Guadalupe son algunos de los más afectados, ya que la congestión se ha propagado rápidamente hacia calles interiores de distintas colonias, generando un ambiente de desesperación. Muchos residentes reportan que trayectos que antes se completaban en 20 minutos ahora pueden tomar más de una hora.
⚠️Metrorrey cerrará temporalmente el carril exprés de la avenida Constitución por la construcción de la Línea 6⬇️https://t.co/F8HV7w0hnc
— MVS Noticias Mty (@MVSNoticiasMty) July 5, 2025
Promesas incumplidas de Samuel García
En febrero de 2023, el Secretario de Movilidad estatal, Hernán Villarreal, afirmó públicamente que las obras no implicarían cierres viales. Según sus declaraciones, el plan se diseñó para reducir carriles y desviar el flujo de tráfico, pero siempre asegurando el acceso a propiedades privadas y el paso del transporte público. La idea original era evitar repetir los errores cometidos durante la construcción de la Línea 3, cuando se cerró por completo una vialidad principal.
Sin embargo, la práctica ha sido muy diferente. Desde el inicio del cierre en la Avenida Constitución, el tráfico se ha intensificado de manera alarmante. Los automovilistas se enfrentan a filas interminables y a retrasos que afectan no solo su productividad, sino también su salud emocional.
El propio Gobernador Samuel García reconoció públicamente la magnitud del problema y aceptó las críticas de la población. En abril pasado, durante el arranque de los estudios y trabajos en la zona, García mencionó que estaba dispuesto a recibir “mentadas de madre” porque, según él, los grandes proyectos requieren sacrificios.
A pesar de esta admisión, la molestia no se ha reducido. Muchos ciudadanos han manifestado que el gobierno no ha presentado soluciones claras ni estrategias eficaces para mitigar el impacto. Las redes sociales se han llenado de comentarios que describen la situación como “insostenible”, “caótica” y “una muestra de improvisación”.
Buscan contraflujo como medida urgente
Ismael Treviño, director de Tránsito de Guadalupe, explicó que se han sostenido reuniones con las autoridades de Monterrey para evaluar esta alternativa. Según Treviño, la implementación de un contraflujo podría significar un alivio importante para la circulación en la zona, aunque reconoció que se trata de una medida emergente y no una solución definitiva.
Además del posible contraflujo, se han reforzado los operativos viales en avenidas estratégicas como Miguel Alemán, Ruiz Cortines y Pablo Livas, buscando agilizar el paso de vehículos y disminuir los tiempos de espera. Sin embargo, estos esfuerzos han resultado insuficientes frente al volumen de autos que transita diariamente por la ciudad.
La población, por su parte, ha comenzado a buscar rutas alternas para evitar el cierre en Constitución, aunque esta estrategia solo ha desplazado el problema hacia calles residenciales, afectando la tranquilidad y seguridad de las colonias.
Impactos de Samuel García en la vida cotidiana
Los testimonios de los conductores reflejan la gravedad del problema. Víctor Bernal, un automovilista que circulaba por la zona, comentó que nunca había experimentado un tráfico tan intenso a esa hora. “Es desesperante. Uno se siente atrapado y sin opciones”, dijo.
Por su parte, José, un taxista que se encontraba atrapado en el embotellamiento, expresó su frustración: “Vine de Santa Catarina a dejar un cliente y ahora estoy atorado. Esto es peor que en Ciudad de México”.
Estos relatos se repiten en todos los sectores de la ciudad. Desde estudiantes que llegan tarde a sus clases, trabajadores que deben justificar retrasos ante sus empleadores, hasta familias que ven alteradas sus rutinas diarias. El impacto económico tampoco es menor: el consumo de combustible se incrementa, los costos de transporte se disparan y la productividad laboral disminuye.
Las autoridades estatales, gente de Samuel García, insisten en que las molestias son temporales y necesarias para el desarrollo del sistema de transporte. Sin embargo, la falta de información clara sobre las fechas de finalización y las medidas de mitigación ha contribuido a incrementar el descontento social.
Al día de hoy, no existe una fecha concreta para implementar el contraflujo en Morones Prieto ni para reabrir los carriles exprés en Constitución. Mientras tanto, miles de ciudadanos continúan lidiando con un panorama de caos vial que parece no tener fin.
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